Octava palabra del confinamiento y amenaza real, según y cómo y con quién, de haber caído en él...
báratro. m. Infierno
“¡Vete al báratro, hombre!” “¡Voto al
báratro!” “¡Púdrete en el báratro!” son expresiones coloquiales un tanto desgarradas
que, pasado el filtro de la propia extrañeza y hallada la ocasión en que la
indignación necesite encauzarse, puede cualquiera acabar haciéndolas suya hasta usarlas con una
naturalidad que impedirá la malicia ajena. Báratro
es tan contundente como el sonido del propio nombre debió de serlo para los
condenados atenienses que eran lanzados desde él a la muerte segura o, en su
defecto, a la lisiadura irreparable. Vestigio de expeditivas prácticas
punitivas, báratro es, hoy, una
perfecta desconocida frente al clásico y archidivulgado Hades mitológico o el
anodino y exhausto infierno cristiano, despojado, gracias al uso y abuso, de la
capacidad evocadora del referente amedrentador que, en los larguísimos tiempos
oscuros de nuestra nación, condicionó la vida de tantos compatriotas. “Hay más
infiernos de los que conocéis, hombre; y báratro es abismo antiguo que bien
puede competir con tártaro, gehena, averno, orco, erebo o caína... ¡Que no todo
han de ser pringosas calderas de Pedro Botero, ¿no os parece?!”, podéis
desahogaros con la moderada irritación que siempre se reviste de una soberbia
capacidad de convicción. Sólo si se está en presencia de amantes de la
elocuencia y el saber que no ocupa lugar se puede añadir, con cautela y casi
excusándose, porque la formación propia se entiende, desde la ignorancia ajena,
como grave ofensa a los paradójicos poseedores de esa carencia, que la tal caína es el primer recinto del noveno
círculo del infierno de la Comedia de
Dante, donde, como se deduce del origen de la palabra, Caín, se pudren los desleales a sus familiares, es decir, un
recinto abarrotado que pide a gritos una ampliación... o que gehena, procede
del hebreo ge Hinnom, ‘valle de
Hinnom’, donde nada bueno debía de suceder, sin duda... Báratro, en definitiva, es una excelente alternativa al desgastado
infierno y una ocasión más de lucimiento para la elocuencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario