viernes, 4 de diciembre de 2015
Una debilidad comprensible; una ingenuidad ignorante...
Mi/s lector/es de Mountain View entre la cibernética y las Humanidades.*
Permítaseme lo que he calificado de "debilidad" en el título de la entrada, porque desde hace ya mucho tiempo, e ignoro si por confusión del o de los destinatarios, no hay entrada que cuelgue en este Diario o mi sosias Juan Pérez en su Provincia mayor que al poquísimo tiempo, a veces de forma casi simultánea, no aparezca en el contador de visitas del Live Traffic Feed la presencia de uno o varios intelectores de Mountain View, la capital del mundo de la computación en Silicon Valley, en California, que se asoman a este Diario más próximo a las Humanidades que a la cibernética, aunque ésta me haya ofrecido el canal gracias al cual me comunico con ellos y con quienes tienen la santa paciencia de meterse entre pecho y espalda los ladrillos que cuelgo aquí a su suerte, como pecios del naufragio de una vida. Pergeño estas líneas de agradecimiento, como ya lo hice tiempo atrás al reparar en la hermosa diversidad de los lugares desde los que los intelectores accedían a mi Diario, de lo que dejé noticia en aquel Intermedio sin carácter, porque me tiene admirado semejante lealtad y puntualidad en acudir a la cita. Bien es verdad que, como dice el tópico futbolero, "yo vengo a darlo todo", pero no es menos cierto que doy de todo menos diversión, quizás por eso cedo a esta debilidad del agradecimiento sincero, a ellos y, por extensión, a cuantos como ellos hacen lo mismo: perderse en este pretencioso Paraíso cerrado para muchos,y jardines abiertos para pocos..., donde voy dejando muestra inequívoca de mis limitaciones y señal abundante de mis pasiones.
Mountain View debe de ser una ciudad hecha a la medida de las personas, a juzgar por su número de habitantes, su extensión, sus alrededores y por esa calma de ciudad pequeña, un poco al modo de las ciudades de provincias de Chabrol donde todas las manifestaciones de la vida caben, para sorpresa de quien se empeña en descubrirlas.Algunas imágenes me han traído a la memoria el Somerville bostoniano donde pasé un año como lector en Tufts University, y una terrible añoranza, si no fuera por dos malos recuerdos asociados a aquella "aventura usamericana": la muerte de John Lennon y el golpe de estado del 23F. Me pregunto quiénes son quienes acuden puntuales a la cita con mis publicaciones y qué han hallado en ellas que, una vez que han conocido el percal, se atreven a volver... No espero respuestas, obviamente. Pero es bien cierto que hace varias semanas que me ronda la necesidad de singularizarlos, bien que sea relativamente, porque, más allá del nombre de la ciudad, nada sé de quienes cometen la osadía de la reincidencia. En cualquier caso, discúlpeseme esta ombligada y quedan, cuantos intelectores aún me queden, citados para mi próxima entrada sobre El Corán, si nada me tuerce la intención...
* Gracias a María, una intelectora de pro, mujer batalladora e instalada en la dura y compleja realidad de los conflictos jurídicos, además de en la poesía, la reflexión y la ilustración, me entero de un proceso mediante el cual, como ella lo explica mejor que yo en su comentario, quienes quieren preservar el anonimato al acceder a una página, son "deslocalizados" a un servidor de Mountain View, lo que significa que me he dirigido a quienes no existen, en un acto de ficción que me ha deparado la realidad sin yo mover ni un dedo de los dos escasos que tengo de frente. En cualquier caso, aprovecho para remitir al Intermedio sin carácter donde ya manifesté mi perplejidad y mi agradecimiento a quienes creen que alguna de mis entradas merece ser leída.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Desde luego la cuestión es interesante y ojalá haya algún tipo de respuesta de tales interlectores contumaces. Son tan misteriosos los algoritmos de estas plataformas que vete a saber. Yo tengo numerosos lectores provenientes de América Latina pero nunca dejan ningún tipo de rastro en el blog en forma de comentarios o demás. ¿Qué naturaleza tienen estos lectores fantasmales? Lo ignoro, pero lo cierto es que en tu caso reinciden una y otra vez. ¡Demontre, háganse ver y digan algo señores o señoras de Mountain View!
ResponderEliminarA veces es el simple aburrimiento y la deslealtad con el autor lo que nos une a sus "sobras", pero siempre debemos agradecer la deferencia de los ociosos.
ResponderEliminarLa verdad es que a mí me parece cosa de milagro que alguien decida pasearse por este Diario... Y si además se atreve a leer algo de principio a fin,lo ciertgo es que debería de indemnizarlo... Le agradezco su presencia.
EliminarAjajá! por una vez yo tengo la respuesta que si bien no te sacará de dudas respecto al origen e identidad de tus supuestos lectores sí te puedo decir que no tiene que ser en absoluto americanos. Verás, durante algo más de un año un psicópata cibernético me amargó la vida llenándome el blog de anónimos pero vamos al día podía dejar 50 o 60 comentarios ..( eso pensaba yo, que luego resultó ser un pobre hombre a dar más pena que otra cosa ;) total que unos amigos de la guardia vicil hicieron el barrido intentando localizar la IP y recuerdo que en un principio aparecía domiciliada en Mountain View ... los expertos informáticos me dijeron que cuando usas sistemas de navegación oculto, siempre te remiten ahí para que tu verdadera dirección no aparezca, de hecho, la señal rebota en otras direcciones americanas, Australia y los lugares más diversos del planeta, como te digo se trata de despistar .. en mi caso mi cucarachita estaba localizada realmente en Madrid ;) .. no obstante me ha hecho mucha gracia que le dediques una entrada a esta ciudad americana que no se si sabe tiene el honor de ser donde rebota la señal de todos los navegantes cibernéticas que quieren ir de incógnito ;)
ResponderEliminarMuchos besos JUAN y feliz finde .. mira ,para que esta vez sepas nuestro origen, tanto RAUL como yo, te escribimos desde Galicia ... él no sé desde donde concretamente, yo, al sur ;)
Caramba, María, qué información tan valiosa! Te lo agradezco. Desde luego que lo de la "internetidad" deja el viejo tópico de los dobles en juego de párvulos... Mi suerte, con todo, es la de no recibir spam, aunque hubo un tiempo en que se me llenaron de mensaje sen chino los comentarios, eso sí, que también tiene su guasa. Bien, acreditada mi ingenuidad, estoy por reconvertir la entrada para aviso de navegantes y darte el crédito que mereces...Que tú escribes de Galicia ya lo sabía, Yo soy, por cierto, medio gallego, por parte de madre. Deben de remitir a Mountain View porque es la meca de las empresas relacionadas con la cibernética. En fin, que siempre se aprende. Te lo agradezco de veras.
EliminarYo te escribo desde Zaragoza, me ha encantado saber tanto del lugar que más blogs lee de la tierra, también el mío o como dice María, se esconden allí.
ResponderEliminarUn beso
Lo del anonimato en la red se ha convertido, pues, en una patología. ¡Ay, Zaragoza, tan cerca siempre! Y aquí en Barcelona rodeado de amigos mañicos por todos lados que es un contento...
ResponderEliminar