lunes, 9 de junio de 2014
Intermedio sin carácter: el lugar, el lector.
Mon semblable; mon frère: breve excursión global. La persona y el lugar: dónde y quién.
[Nota: Antes de afrontar la revolución que supuso la obra freudiana en la teoría del carácter, y su desarrollo en uno de sus discípulos más polémicos, Wilhelm Reich, ofrezco a mis veedores un reconocimiento que nace de mi amor a la geografía y a la diversidad humana.]
Un reciente artilugio, Live Traffic Feed, aplicación lo llaman unos, gadget, lo llaman otros, "claraboya" habría de ser su nombre, ha venido a animar el escaso ocio de este Artista Desencajado. Por curiosidad he ido anotando los lugares, para mí remotos -cualquier lugar allende la puerta de mi estudio lo es-, desde donde los intelectores se asoman a estas páginas. En algunos casos, hasta se consigna en la referencia en qué página concreta han entrado. Y así es como he sabido que un lector de Lepe ha accedido a esta página para leer la entrada dedicada a las Meditaciones del Quijote, de Ortega, lo cual, para quienes conocen la fama de Lepe, es un buen desmentido. Igual que desdeño, como el poeta, las romanzas de los tenores huecos, he preterido, aunque no hubiera debido hacerlo, los lugares de sobra conocidos: capitales con reputación de albergar intelectores atentos a todo aquello que pueda tener interés cultural.
He querido quedarme, en este paseo global, con esos nombres, esos espacios, esos intelectores en ellos, de quienes me siento tan cerca y a quienes creo estar dirigiéndome personalmente cada vez que escribo una entrada. Hay un hilo tendido entre quien me lee y quien esto escribe, no siempre ese contacto significa entendimiento, pero sí siempre la calidez del contacto humano a través de la palabra que nos une, negando las distancias. Tú lees, yo escribo. Estamos aquí, juntos. En Magán (Toledo), que tiene apenas poco más de las 1280 almas de Jim Thompson, alguien ha entrado a leer algo de lo que he escrito, y enseguida el dispositivo de proyección le pone cuerpo, rostro, mirada, gestos peculiares y lo sitúa acaso en un estudio no diferente de este, lleno de estanterías abarrotadas de libros, pero no lo sé. El Artista Desencajado tiende a pensar que los heridos del mal de la letra impresa somos hermanos de religión, que ese mal nos re-liga y nos hace cercanos, parecidos, correligionarios. En Munro, ¡cuna del cine sonoro argentino!, y que albergó estudios de cine; en Trois-rivières; en Pedreguer (Alicante), donde nació Celedonio Calatayud, el introductor de la radioterapia en España; en Morelia, la ciudad de las puertas abiertas; en Monterrey, cuna de Lorenzo Garza, el único torero mejicano que cortó un rabo en la Monumental de Madrid; en Astraján, en la desembocadura del Volga, de inequívocas resonancias textiles; en Sarria (Lugo), donde murió el padre de Alfonso X, a quien el castellano tanto debe; en Leganés, donde en 1870 se celebró el último duelo legal, por el que el duque de Montpensier acaso perdió un trono; en Metz, ciudad de ida y vuelta en las disputas franco-prusianas, y acaso bilingüe sin quererlo; en Tudela, patria chica de José María Iribarren, autor del muy querido para mí El porqué de los dichos, libro de amabilísima lectura y mejor recuerdo, y ciudad guerrera donde las haya, pues fue la última en ser incorporada al reino de España; en Talca (Chile), "ciudad del trueno", donde tienen un dicho que he conocido en otros dos lugares, estos españoles: Talca-París-Londres, para darse el el pisto de un cosmopolitismo de quiero y no puedo, como el del Reus-París-Londres catalán o el Abarán-París-Londres murciano; en Tlaltizapán, tierra heroica de zapatistas; en Apatzingan, donde se firmó la primera Constitución democrática sudamericana en 1814, hija directa de la Pepa gaditana; en Tijuana, que significa "junto al mar", por más que la ciudad, fronteriza con Usamérica, tenga más connotaciones azules de Heinsenberg que marinas...; en Burnaby, que pertenece al área metropolitana de Vancouver; y, finalmente, en Torrent, una localidad de apenas185 personas, según el último censo...Es cierto que está en un lugar privilegiado como es el Ampurdán catalán, pero el privilegiado se siente, en realidad, este artista que ha hollado digitalmente ese rincón tranquilo, apartado, discreto, tal que el lugar luisiano donde ni envidiado ni envidioso pueda pasar uno los días dedicados a los afanes del intelecto y la sensibilidad, y ha sido capaz de interesar a un intelector en estos discursos tan plomizos a veces...
Quería ofrecer una pequeña muestra de mi sorpresa y de lo que ello supone para mí, un acicate y un compromiso que no coartan mi libertad creadora, pero que me hacen cercano, ¡presente!, al semblable, al frère, al que me dirijo con la complicidad de quienes habitan en la inquietud, la curiosidad, el pasmo y la pasión por la vida y sus obras.
Gracias a quienes leen y a quienes lo hagan en el futuro o lo hicieron en el pasado: lo leído es carga ligera que nunca abruma, si se queda; pero que desespera, cuando lo perdemos.
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Mon semblable, mon frère:
ResponderEliminarGracias a usted, escritor, representante de todos los escritores pasados, presentes y futuros...
En el nombre de todos los lectores agradecidos: Gracias.