¡LA MODA DEFINITIVA
EN ceremonias fúnebres!
CONVIVIUM
(La última despedida)
Cuando se haya cerciorado de que tiene
ya puesto el pie en el estribo, de que le ronda la última hora; cuando su esperanza
de vida sea tan endeble como fuerte es su amor hacia los suyos, cuando llega el
momento de saber decir adiós con serenidad y entereza…
No se vaya de este mundo sin oír, de labios de sus seres queridos (los
racionales), todo lo bueno que dirían de Vd. una vez haya muerto. Dese el gran
gustazo de estar de cuerpo vivo presente en una ceremonia entrañable que será
su mejor recuerdo postmórtem, y el de
todos ellos.
Oiga y vea en el escenario más solemne, con la música más selecta, en un
ámbito de estricto recogimiento o exaltación, según su personalidad lo disponga,
las palabras escogidas ex abundantia
cordis, los poemas más exultantes o melancólicos, según el carácter de sus
amistades y familiares, las más sinceras emociones traducidas en sobrios, dulces
o entusiastas gestos de despedida, los torpes o ingeniosos discursos de
despedida llenos de citas sacadas de las webs ad hoc, pero dichas con las palabras que entrecorta la emoción de
los momentos trascendentales.
Petrarca
dijo:
¿Contradirá
la autoridad del clásico?
Atienda nuestro buen consejo: organizar
el propio funeral en vida es una de las mejores oportunidades para despedirse
con decoro, elegancia, imaginación y estilo. No deje que otros le
“interpreten”. Sea Vd. quien lleve, ¡aún en vida!, las riendas de su propia
ceremonia mortuoria, la voz cantante de circatumba: distribuya a sus amistades
en la sala según el orden íntimo que le parezca, seleccione el orden de las
intervenciones, escoja la música que necesite oír, opte, entre nuestro surtido
repertorio, por el sitial pre-ataúd a la
altura de sus exigencias: en maderas
nobles, en mármol de carrara, en mimbre, en bambú oriental, en diwan
arabizante o en triclinio latino… Presida con solemnidad, pero sin
envaramiento, las exequias que a Vd. le hubiera gustado tener después de
muerto, con la ventaja de disfrutar de ellas ¡en vida!
Sorprenda realmente a sus allegados y
llégueles a lo más profundo de sus sentimientos: deles la oportunidad de no
decirle adiós sin haberle dicho cuanto sentían por Vd. Que nadie le pueda
reprochar haberse ido sin despedirse, con el sigilo de los despiadados infartos
cordiales o los derrames cerebrales. Reúnase por última vez con todos ellos y
despídase de ellos para que guarden como último recuerdo la emoción del último
encuentro.
¡Aproveche esta imaginativa oportunidad!
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CONVIVIUM
(La última despedida)
(La última despedida)
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Ingeniosa despedida para no dejar ningún cabo suelto, aunque es de suponer que en cada caso, según carácter y vida, tendría un tono y características peculiares. Muy imaginativo.
ResponderEliminarReírse "de todo", ¡y más aún del Todo!, debería de ser obligatorio... Me alegro de que te haya gustado.
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