Las mínimas, y osadas, pifias de Poz.
La actividad
oracular siempre ha tenido un fuerte predicamento en las inteligencias comunes,
porque, frente a los desafíos de la vida, la voz del más allá , aun sometida a
intérpretes delirantes, parece traernos una sabiduría que nos ilumina la toma
de decisiones. Las pitonisas han sido una institución en muchas culturas y han
actuado, bajo uno u otro disfraz, como guías de perplejos y confundidos en el
seno de las sociedades. Nuestras brujas medievales, o troteras y danzaderas
como Celestina, fueron sus herederas. Hoy, bajo la forma menos desafiante de
lectores del Tarot, la carta astral, el popular horóscopo o mancias de muy
diversa naturaleza, seguimos prestando atención a los mensajes crípticos de los
que hemos de sacar un provecho que se traduzca en una vida mejor. ¡Si hasta
desde las pantallas de la televisión oímos recetas, consejos, prohibiciones y
alientos para sacar de la encrucijada a las almas sencillas, ingenuas e ignaras que buscan en tales «revelaciones»
verdades a las que habrían de aproximarse por otros medios, quizás, ¡ay!, inaccesibles para ellas.
El laconismo de
los oráculos sintetiza una sabiduría exprimida de la experiencia en la
observación atenta del radio íntimo que nos sitúa en el centro de la vida
mínima, lejos de las páginas inmortales de la Historia, entrañados en la
intrahistoria unamuniana. Pocos saberes, como los ocultos, que nos digan tanto
¡y tan certero! del paso de las generaciones sobre la Tierra. En el templo de
Delfos muchas de esas máximas capaces de regir a todo un pueblo se inscribieron
en sus muros para recordatorio perpetuo de la sabiduría esencial. En cierta
manera, un sabio contemporáneo, si contemplamos bien las cercanías y las
lejanías históricas, como Michel de Montaigne, quien aprendió antes el latín
que su propia lengua materna, el francés, hizo lo mismo con el estudio
instalado en el famoso torreón de su hacienda, pues decoró las vigas del mismo
con aforismos inexcusables.
Del acervo
total de dichas máximas pitias es
evidente que la más famosa es la catalogada en octavo lugar: Γνῶθι σαυτόν. «Conócete a ti
mismo», pero es, así mismo, la más enigmática; mucho más que la que los
antiguos destacaron junto a ella por ser una norma de vida áurea: Μηδέν άγαν. «De nada en exceso». Junto a
estos dos pilares de la morigeración, palidecen, sin duda, muchos de los
«buenos propósitos» que vienen a definir, en cierta forma, una suerte de ética
universal.
Estas son las 147 máximas inscritas en los
muros del templo de Apolo en Delfos, según Ioannes Stobaeus, neoplatónico del
siglo V d.C. Pido su permiso para entrometerme en tanta solemnidad y quitarles
hieratismo a estas máximas/cariátides que han soportado más de una
civilización. Que el sentido del humor no desvirtúe el profundo aprecio que le
tengo a la sabiduría popular, hermética o no, como ya tuve ocasión de comentar
en otra entrada de este Diario, la titulada ¿Aforrefranes o Refraforismos?
No se tome por irreverencia, sino por juego soso de intelector perversamente
bombástico.
1. Έπου θεῴ.
Obedece al dios.
No hay mayor escéptico que quien necesita la idea de dios.
2. Νόμοις
πείθου. Obedece a las leyes.
La ley es el fracaso de la especie.
3. Θεούς
σέβου. Respeta a a los dioses.
Astutismo es, en rigor, el autismo de dios.
4. Γονείς
αίδου. Respeta a tus padres.
Deber de los padres es ganarse el respeto de sus hijos.
5. Ηττώ
υπέρ δικαίου. Sométete a la justicia.
No siempre la Justicia es «de justicia».
6. Γνῶθι μαθών.
Aprende a aprender.
Variación: «De todo se aprende en la viña del Señor…»
7. Ακούσας
νόει. Reflexiona sobre lo que hayas escuchado.
No hay odio sin un embotado oído.
8. Γνῶθι σαυτόν. Conócete a ti mismo.
No buscamos tanto conocer la realidad cuanto casarnos con nuestra opinión.
9. Γαμεῖν μέλλε. Cásate.
El matrimonio es, en sus inicios, una sociedad de bienes gananciales y, en
sus postrimerías, una sociedad de socorros mutuos.
10.
Καιρὸν γνῶθι. Se oportuno.
¡Cuántos, creyendo ser oportunos, no son sino meros oportunistas!
11.
Φρόνει
θνητά. Piensa que eres mortal.
Si la vida es un «sinvivir» permanente, ¿será la muerte un «sinmorir»
constante?
12.
Ξένος ὢν ἴσθι. Reconoce cuando estás fuera de lugar.
No hay osadía más atrevida que la de creerte indispensable.
13.
Εστίαν
τίμα. Honra tu casa.
En la superficie no somos sino la frágil carcasa de nuestros genes.
14.
Άρχε
σεαυτού. Contrólate.
El esfuerzo ciego de la actividad compulsiva conduce a la melancolía.
15.
Φίλους
βοήθει. Ayuda a tus amigos.
Somos amigos de las grandes y sonoras decisiones; pero más aún lo somos de
las vergonzosas y calladas deserciones.
16.
Θυμοῦ κράτει. Domina tu carácter.
No lo parece, pero el carácter tiene más de obra de ingenio que de
naturaleza.
17.
Φρόνησιν
ἄσκει. Ejercita la prudencia.
Solo la prudencia nos evita la impudencia.
18.
Πρόνοιαν
τίμα. Honra la previsión.
Prever es desafiar al todopoderoso azar.
19.
Όρκῶ μη χρω. No te sirvas de
los juramentos.
El juramento es la puerta de entrada al cómodo salón de la pasividad.
20.
Φιλίαν
αγάπα. Ama la amistad.
Un círculo de amistades tiene mucho de soga con nudo corredizo.
21.
Παιδείας
αντέχου. Persevera en tu educación.
Aparentar saber es el perfecto maquillaje de la ignorancia.
22.
Δόξαν
δίωκε. Persigue el honor.
Que tu honor preceda a tu nombre.
23.
Καλὸν εὖ λέγε. Alaba
al bueno.
¡Lo que les complica la vida a tantos la difícil sencillez de la bondad
genuina!
24.
Σοφίαν
ζήτει. Busca la sabiduría.
El silencio es el único terreno donde medra la semilla de la sabiduría.
25.
Ψέγε
μηδένα. No censures.
El cotilleo es la cota de malla de la estupidez.
26.
Επαίνει
αρετήν. Ensalza la virtud.
No hay mayor defensa de la virtud que su práctica cotidiana.
27.
Πράττε
δίκαια. Actúa de modo justo.
¡El acto justo ipso facto!
28.
Φίλοις
ευνόει. Sé benévolo con tus amigos.
Quiere bien a quienes bien te quieren.
29.
Εχθρούς
αμύνου. Aparta a tus enemigos.
El enemigo, lejos; pero nunca en el olvido.
30.
Ευγένειαν
άσκει. Ejercita la nobleza.
La nobleza es el roble del lugar ameno de la virtud.
31.
Κακίας
απέχου. Aléjate del mal.
¡La sutil maldad de las piedras a la hora de elegir el camino por el que
hemos de volver a pasar!
32.
Κοινὸς γίνου. Sé imparcial.
¡Que la imparcialidad no te aparte de la compasión!
33.
Ἴδια φύλαττε. Protege lo que es
tuyo.
Tener, por poco que sea, nos confirma en el ser.
34.
Ἀλλοτρίων ἀπέχου. Aléjate de lo que es de otros.
Paradójicamente, la envidia ciega.
35.
Εύφημος
ίσθι. Ten buena reputación.
Dejar memoria de sí es la única manera de vivir eternamente, y en ella la
fama no hace distingos entre dejarla hermosa u horrenda.
36.
Φίλῳ χαρίζου. Haz favores a los
amigos.
A los amigos, el favor solo se les puede hacer con fervor.
37.
Άκουε
πάντα. Escúchalo todo
La nave de Ulises es un oído atento.
38. Μηδέν άγαν. Nada en exceso.
De
todos un poco, pero todo de ninguno.
39.
Χρόνου
φείδου. No pierdas el tiempo.
El apogeo de la megalomanía: «Dame un poco de tiempo…»
40.
Ὅρα τὸ μέλλον. Piensa en el
futuro.
Comenzar mucho, diseminarse, es sembrar futuro.
41.
Ύβριν
μίσει. Aborrece la arrogancia.
Si sería fatuo que, en vez de un álter ego, se erigió un altar ego.
42.
Ικέτας
αίδου. Respeta a los suplicantes.
La súplica siempre es una abierta plica de agravios.
43.
Πᾶσιν ἁρμόζου. Sé complaciente con todos.
Complacer es un placer de dos direcciones.
44.
Υιούς
παίδευε. Educa a tus hijos.
Desconocer no es ser inculto. Ser inculto es no querer conocer.
45.
Έχων
χαρίζου. Sé generoso cuando tengas.
Sí, un ser solidario es un sol diario…
46.
Δόλον
φοβού. Cuídate del engaño.
El nihilismo no es hijo del desengaño, sino de las bodas bobas entre la
ingenuidad y el entusiasmo.
47.
Ευλόγει
πάντας. Habla bien de todos.
Hablar no es lo mismo que decir, ni un hablante es lo mismo que un dichoso.
48.
Φιλόσοφος
γίνου. Hazte amante del saber.
La sabiduría es sanaduría.
49.
Όσια
κρίνε. Estima lo sagrado.
Lo sagrado abre ante nosotros la herida de lo insólito en el devenir
50.
Γνους
πράττε. Obra de acuerdo con tu conciencia.
¿Puede salvarte la ética de la hetiquez?
51.
Φόνου
απέχου. No mates.
La vida y la muerte juegan una partida de ajedrez sin piezas ni
estrategias.
52.
Εὔχου δυνατά. Pide
lo que sea posible.
Las expectativas son, a menudo, grandes ilusiones de andar por casa…
53.
Σοφοίς
χρω. Ten trato con los sabios.
¡Ay de los sabios que alejan de sí a los ignaros! ¡Falenas serán de su
propia luz!
54.
Ήθος
δοκίμαζε. Examina tu carácter.
En algunos el carácter es un cráter; en otros, una crátera
55.
Λαβὼν ἀπόδος. Si recibiste, da.
No hay verdadero dar que no sea darse.
56.
Υφορώ
μηδένα. No menosprecies a nadie.
El orgullo es coprófago; se alimenta de nuestros excrementos.
57.
Τέχνῃ χρω. Haz uso del arte.
Arte de temblar y arte de templar: temple y temblor en el callar.
58.
Ὃ μέλλεις, δός. Haz lo que hay que
hacer.
Hacer «lo que toca» es tocar el nervio del deber.
59.
Ευεργεσίας
τίμα. Honra la buena conducta.
Saber elogiar es un arte que solo se domina a la perfección cuando pasas
del elogio al eulogio.
60.
Φθόνει
μηδενί. No envidies a nadie.
Paradójicamente, la envidia ciega.
61.
Φυλακῇ πρόσεχε. Mantente en
guardia.
Vivir «alerta» nos convierte en vigía de los daños.
62.
Ελπίδα
αίνει. Alaba la esperanza.
La esperanza es la sangre del deseo.
63.
Διαβολήν
μίσει. Aborrece la calumnia.
La murmuración es un ir y venir de ratones por los zócalos del vestíbulo de
la fama.
64.
Δικαίως
κτω. Obtén las cosas justamente.
De los sinuosos sueños de los atajos siempre nos despierta la rigidez
implacable del camino recto.
65.
Αγαθούς
τίμα. Honra a los buenos hombres.
El hombre bueno jamás se precia de serlo.
66.
Κριτὴν γνῶθι. Reconoce al juez.
La ley es el fracaso de la especie.
67.
Γάμους
κράτει. Controla tus vínculos.
Más parece que tengamos suciedad que sociedad.
68.
Τύχην
νόμιζε. Reconoce la fortuna.
Azar es la sublimación de la impotencia.
69.
Ἐγγύην φεῦγε. No hagas promesas
arriesgadas.
Quien promete fácilmente con mayor facilidad incumple.
70.
Ἁπλῶς διαλέγου. Habla llanamente.
La afeitación es familiar humilde de la afectación.
71.
Ὁμοίοις χρῶ. Asóciate con los que piensan como tú.
El sectarismo no es sino un trompicón lingüístico del cesarismo.
72.
Δαπανῶν ἄρχου. Controla tus gastos.
Quien dilapida se autolapida.
73.
Κτώμενος
ἥδου. Sé feliz con lo que tienes.
Aceptar lo que se tiene vale más que tenerlo todo.
74.
Αισχύνην
σέβου. Ten sentimientos de pudor.
El fuero interno son las afueras del yo impúdico.
75.
Χάριν ἐκτέλει. Devuelve los favores.
Un favor jamás ha de ser una inversión.
76.
Ευτυχίαν
εύχου. Desea la felicidad.
La felicidad es un verbo que solo se conjuga en subjuntivo.
77.
Τύχην
στέργε. Acepta tu destino.
Mi destino es un atinado desatino.
78.
Ἀκούων ὅρα. Escucha y observa.
Ser testigo no es un accidente, sino un compromiso de la voz y el oído.
79.
Εργάσου
κτητά. Trabaja por lo que es digno de ser adquirido.
No hay como desear ardientemente una meta para que se convierta en ciénaga de ceniza el camino hasta ella.
80.
Έριν
μίσει. Odia la discordia.
La discordia es el latido roto del cuerpo social.
81.
Όνειδος
έχθαιρε. Aborrece la injuria.
Injuriar es hablar con espuelas.
82.
Υἱοῖς μὴ καταρῶ. No maldigas a tus hijos.
Si del fracaso y del dolor se aprende, ¿por qué nos empeñamos en alejar de ellos a nuestros hijos?
83.
Γλῶτταν ἴσχε. Domina tu lengua.
Decía Antonio Pérez: «el cerco de los dientes, para miedo de la lengua».
Por eso los viejos, algunos, son tan deslenguados…
84.
Ὕβριν ἀμύνου. Aborrece la violencia.
¡Bajo que terrible dorondón se nos alborota siempre la violencia!
85.
Κρῖνε δίκαια. Sé justo juzgando.
Delinquir es humano; ser justo al juzgar, divino.
86.
Χρῶ χρήμασιν. Dale uso a lo que
tienes.
De mover bienes viene la concordia.
87.
Ἀδωροδόκητος δίκαζε. Sé un juez incorruptible.
Un juez sobornado es, adivina…, la vida al revés.
88.
Αἰτιῶ παρόντα. Acusa cara a cara.
La entereza es una de las máscaras de la identidad.
89.
Λέγε
ειδώς. Habla cuando sepas.
Jugar con los vocablos es hablar con la boca para silenciar la razón.
90.
Βίας μη
έχου. Renuncia a la violencia.
La violencia es siempre una sinrazón.
91.
Ἀλύπως βίου. Vive sin penas.
Se necesita una sólida experiencia para llegar a la liviana y alegre
irresponsabilidad…
92.
Ὁμίλει πρᾴως. Sé amable en tus relaciones.
La cortesía, supremo bien.
93.
Πέρας ἐπιτέλει μὴ ἀποδειλιῶν. Completa la carrera y no te acobardes.
El final es el penúltimo nombre del inicio.
94.
Φιλοφρόνει
πάσιν. Muestra benevolencia con todo el mundo.
Si tendrá mala fama el bien, que unimos malentendido y nos negamos a hacer
lo mismo con *bienentendido.
95.
Γυναικὸς ἄρχε άρχε.
Controla a tu esposa.
A la mujer que “no le pasa nada”, se le amontona todo.
96.
Σεαυτόν
ευ ποίει. Hazte el bien a ti mismo.
Todos somos monstruos en nuestros laberintos. Cuando los compartimos, no se
multiplican las salidas, sino los perdimientos.
97.
Ευπροσήγορος
γίνου. Sé amable con todos.
La amabilidad es embajadora del bien.
98.
Αποκρίνου
εν καιρῴ. Responde en el momento oportuno.
Una respuesta en sazón aplaca los ánimos.
99.
Πόνει
μετά δικαίου. Esfuérzate más allá de lo necesario.
La abnegación es la rara praxis del narcisismo.
100. Πράττε
αμετανοήτως. Actúa sin arrepentimiento.
La determinación lo inicia todo.
101. Αμαρτάνων
μετανόει. Arrepiéntete cuando te equivoques.
Renegar del error es abrazar el acierto.
102. Οφθαλμού
κράτει. Domina tu mirada.
Al amor a primera vista prefiero el amor a mirada continua.
103. Βουλεύου
χρήσιμα. Da consejos oportunos.
Hay consejos mollares como conejos.
104. Πρᾶττε συντόμως. Actua
sin vacilar.
La duda paraliza; la deuda descabella.
105. Φιλίαν
φύλασσε. Conserva la amistad.
La fidelidad ennoblece.
106. Ευγνώμων
γίνου. Sé agradecido.
Con el agradecer se nace…
107. Ομόνοιαν
δίωκε. Busca la concordia.
Reconocer el mérito ajeno es el fundamento de la concordia civil.
108. Άρρητα
μη λέγε. No digas lo indecible.
¿No serán las mentiras la única vía torcida que tiene la verdad para
revelarse?
109. Τὸ κρατοῦν φοβοῦ. Teme
a quienes mandan.
Los despachos del poder son las cajas fuertes de la opacidad.
110. Τὸ συμφέρον θηρῶ. Busca tu beneficio.
El único sí verdadero del amor es el siamés.
111. Καιρὸν προσδέχου.
Acepta las medidas necesarias.
Gobernar no es complacer, sino «emplazar» lo posible.
112. Έχθρας
διάλυει. Aniquila el odio.
El odio es un camino circular.
113. Γήρας
προσδέχου. Acepta la vejez.
La senda de los años seda los daños…
114. Επί
ρώμη μη καυχώ. No alardees de tu fuerza.
Solo a la fuerza amasa la masa.
115. Ευφημίαν
άσκει. Ejercita una buena reputación.
El buen nombre nos precede con holgura desafectada.
116. Απέχθειαν
φεύγε. Evita el resentimiento.
Re-sentimiento, porque lo retuerce.
117. Πλούτει
δικαίως. Enriquécete de manera honrada.
Los áticos de lujo restauran, espacialmente, la pirámide jerárquica de la
riqueza.
118. Δόξαν μὴ λεῖπε. No pierdas el
honor.
El honor es primo hermano del buen nombre.
119. Κινδύνευε
φρονίμως. Corre riesgos razonables.
Un riesgo calculado es como la domesticación del instinto.
120. Κακίαν
μίσει. Aborrece el mal.
Pero no le pierdas la cara.
121. Μανθάνων
μη κάμνε. No te canses de aprender.
La pedantería es la indigestión del saber.
122. Φειδόμενος
μὴ λεῖπε. No dejes de
ahorrar.
El ahorro impide ciertas pesadillas.
123. Χρησμοὺς θαύμαζε.
Admira los oráculos.
Los augures duermen sobre hojas de aza(ha)r.
124. Ους
τρέφεις αγάπα. Ama a quienes te alimentan.
Aprende del perro, que no muerde la mano que lo alimenta.
125. Απόντι
μη μάχου. No combatas contra aquel que está ausente.
Solo somos prójimos propios de lo próximo.
126. Πρεσβύτερον
σέβου. Respeta al anciano.
Nunca como en la vejez el cuerpo se convierte en un atlas geográfico del
dolor que oculta el político del deseo.
127. Νεώτερον
δίδασκε. Enseña a los más jóvenes.
Cámaras de esperanza es la juventud.
128. Πλούτω
απόστει. Distánciate de la riqueza.
La riqueza no es la mejor amiga, ciertamente.
129. Σεαυτόν
αιδού. Respétate a ti mismo.
Cualquier autobiografía es, literalmente, una indagación, como bien lo vio
Valéry cuando dijo que se ha de entrar en uno mismo armado hasta los dientes…,
con arma blanca, sin duda.
130. Μη άρχε
υβρίζων. No seas dominado por la arrogancia.
Eso tiene de injusta la vanidad: siempre se prefiere el elogio de quienes
nos los escatiman.
131. Προγόνους
στεφάνου. Corona a tus antepasados.
Para honrar a los antepasados, estos deben
haberse honrado a sí mismos,
132. Θνήσκε
υπέρ πατρίδος. Muere por tu patria.
Un hombre libre no posee patria alguna. Cuando la patria lo posee, lo
reduce a la más oprobiosa esclavitud.
133. Τῷ βίῳ μὴ ἄχθου. No vivas tu vida descontento.
Sí, por extraño que literalmente nos parezca, hay quienes le tienen alergia
a la alegría.
134. Επί
νεκρώ μη γέλα. No te burles de los muertos.
Silencio literal: los muertos no cuentan.
135. Ατυχούντι
συνάχθου. Siente compasión por los desgraciados.
La compasión en modo alguno es pasión compartida; antes bien, caridad
impuesta.
136. Χαρίζου
ἀβλαβῶς. Gratifica sin herir.
Que a tu dar generoso no lo acompañe la revolera de la superioridad: da
como si dieras a un hermano.
137. Μὴ ἐπὶ παντὶ λυποῦ. No tengas preocupaciones.
Si serán expansivas las preocupaciones, que se apoderan de ti mucho antes
de convertirse en ocupaciones.
138. Ἐξ εὐγενῶν γέννα.
Extrae siempre lo bueno de lo que es bueno.
La razón busca a menudo refugio en la sólida coraza del corazón: ¿dónde
mejor protegida y alimentada?
139. Ἐπαγγέλλου μηδενί. No hagas promesas
a nadie.
Prometer nos esclaviza; no cumplir, nos hunde,
140. Φθιμένους
μὴ ἀδίκει. No te equivoques con los muertos.
Ni muerto se descansa…
141. Εὖ πάσχε ὡς θνητός. Hazlo
lo mejor que tu condición mortal te permita.
Perecer no es desaparecer, si obras a conciencia.
142. Τύχῃ μη πίστευε. No confíes en la suerte.
El azar se esquiva a sí mismo
143. Παῖς ὢν κόσμιος ἴσθι. En la infancia pórtate bien.
Los niños modosos son un encanto; los traviesos, encantadores…
144. Ἡβῶν ἐγκρατής. En la juventud sé disciplinado.
Juventud sin disciplina; adultez perdida y mohína.
145. Μέσος
δίκαιος. En la madurez sé honesto.
Hez de la madurez es la deshonestidad
146. Πρεσβύτης
εὔλογος. En la vejez sé sensible.
Agostarnos es otra manera de florecer.
147. Τελεύτα
άλυπος. Muere exento de sufrimiento.
Morir sin dolor alivia el dolor de morir.
Habrán advertido los intelectores que hayan logrado llegar hasta aquí, que
los grafiteros morales desdeñaban la lectura previa, de ahí que haya tantas
repeticiones en esos mensajes. Aun a riesgo de volverme pesado con dichas
reiteraciones, las he tomado como un desafío para ser capaz de buscar una
variación en mis «pifias», de modo que la diversión presidiera la divulgación
de esta sabiduría antigua e imperecedera. Reconozco que, de buen comienzo, me
había rondado la idea hacer una versión jocosa «a lo Jardiel» y sus estupendas Máximas
mínimas», pero luego me he dejado llevar por mis propios pozaforismos y en
ellos he resistido la tentación de la eutrapelia. Lo doy por bien empleado si mi
pasatiempo ha aliviado su a veces oneroso paso en mis sufridos intelectores.
Sirva esta entrada del Diario para desear a quienes definí como «El
lector es una isla en el río del tiempo» un magnífico nuevo año de lecturas
harto más interesantes que esta lúdica minucia presente.